🇬🇷Etapa 1×11🇹🇷 – ✊🏼Entre Dos Tierras🤘🏼

🔙Etapa anterior: 🇧🇬Etapa 1×10🇬🇷 – ✊🏼El Último Clásico🤘🏼

¡Qué hay de nuevo Gas & Rollers!

Comienza la etapa en Serres, Grecia. Bien cenados y bien dormíos. En la puerta del hotel hay una panadería y una frutería así que hasta el desayuno encima de la moto.

La ropa que lavamos anoche en la ducha no se ha secado, así que toca improvisar y montar un tenderete en la moto.

En la puerta del hotel hay una panadería y una frutería, por lo que hoy, hasta el desayuno hacemos en la moto.

Algo más atrevido que los demás, se acerca un niño que empieza a hacer preguntas y le asombra todo lo que contesto. Me pide que arranque la moto para oírla y le dejo que lo haga él. Mientras desayuno estamos un rato y le explico todo lo que me va preguntando, aunque apenas habla inglés, le encanta todo lo que digo, tanto, que hasta usa la pegatina de Gas & Roll como si fuese una calcamonía.

Me despido de mi nuevo y joven amigo para poner rumbo a la costa griega. Ya en carretera apuro el depósito hasta encontrar una gasolinera que tenga una tienda grande. No sé cuántos países hace que estoy buscando bridas en ellas, por lo que intento parar siempre en las que veo más grandes.

Paro en una en la que no venden bridas, pero el dueño me da algunas suyas y lo que sí que puedo comprar son dos rollos de cinta aislante. Tras echar gasolina nos ponemos manos a la obra a intentar reparar la GoPro.

Algo es algo jaja al menos ahora seguro que no sale volando. Después de casi una hora de parada, seguimos hasta llegar a la costa griega por una sinuosa, serpenteante y rápida autovía que bordea la costa Griega. Por un rato (casi) me olvidé de mi carga extra y de mis entorpecedoras ruedas de tacos, creerme que si mi CBR es una moto polivalente, en este terreno habrá pocas que sean más divertidas.

Tras un par de horas muy rápidas y entretenidas llegamos a Alejandrópolis, dónde doy con una pequeña y tranquila playa en la que hacer una pit stop. Deshacemos equipaje, nos ponemos el bañador y nos pegamos un refrescante chapuzón. Mientras nos secamos le damos un buen repaso al embutido.

Recogemos bártulos, ya estamos al lado de la frontera Turca… Una vez en el paso fronterizo, paramos en el arcén, creo que Turquía es uno de esos países en los que no se puede meter el dron. No he tenido tiempo de mirar más cosas así que yo, por si acaso, lo escondo en la bolsa de la ropa sucia 😂.

Primera parada, pasaporte y papales de la moto, lo normal cuando cruzas países. Segunda parada, lo mismo, ésta será la de entrada a Turquía, todo bien. Me parece sospechoso que haya sido tan fácil entrar, ni dos minutos.

Veo una tercera parada, ¡Ah, vale! Esto ya me parece más normal, aunque no sé por qué hay 3… Paramos, nos atiende una chica muy maja, papeles, mismo trámite y sin pegas, palante.

Mientras avanzo, me quedo mirando a ver qué pone en la fachada de un edificio con la bandera de Turquía, cuando de repente, ¡Píííííí! Me pitan con un silbato, ¡Mierda, me he pasado otro control! ¡Pero si ya he pasado 3! ¡¿Cuántos hay?! Como puedo, ando hacia atrás con la moto, de puntillas, y cuando llego, el tío, (que se parece al de Narcos con un bigotón) ya empieza con mala cara y aires de superioridad. Con un tono vacilón me pide todo lo anterior y además la carta Verde. La tengo en el móvil, como no la encuentro descargada, intento buscar en el correo electrónico, pero ya estoy en Turquía y no me funciona Internet, por lo que no puedo buscar el mail. Juraría que la tenía descargada, pero no la encuentro y estoy formando cola. Me empieza a meter prisa hasta que me hace quitarme y parar la moto a un lado.

No me queda otra que activar los datos en el extranjero, me llega un mensaje de mi operador diciendo que me van a pegar un sablazo por usar internet, pienso que qué le voy a hacer y acepto. Abro el correo, descargo la carta Verde (que está a nombre de mi hermano, como el seguro. La moto era suya, luego de los 2 y finalmente mía, así que hemos ido dejándolo a su nombre) y la llevo, ni la mira. Otra vez: ¿Alcohol? ¿Tabaco? ¿Narcotics? Me lo preguntan en varios controles pero nunca me registran. Me tiene un rato ahí y al final me deja pasar. Todo listo, avanzo un poco y antes de salir de la aduana ya se nota dónde estamos… ¡¡EN ASIA!!

Entre dos tierras, literal y musicalmente.

Ahora sí, me paro en el arcén solo para cambiar la música, necesito poner esta canción, llevo saboreando e imaginando este instante desde antes de salir, busco en Spotify, ¡Mierda! ¡Aquí no hay datos y no la tengo descargada! Da igual, como me dice mi amigo Cabañas: «soy un tío preparao pa la vida moderna», saco el otro móvil, busco: «Héroes del silencio», Sirena Varada, Maldito Duende… ¡Aquí está! ¡ENTRE DOS TIERRAS! ¡Yeah! ¡Ya tintinean esos míticos e inconfundibles acordes, lentos y suspicaces, subiendo el volumen! Metemos primera, encaramos la recta y… ¡Qué momento! Me lo digo a mí mismo, como para hacerme consciente de lo que estoy viviendo, estoy entrando en Asia a lomos de mi CBR, como si nada, con una sonrisa que me sale del casco y el volumen de mi intercomunicador a tope. ¡Yííííííííhaaa!

Ya en Turquía, todo me llama la atención, todo se nota distinto, o igual soy yo que lo voy buscando. No llevaré un kilómetro y ya me cruzo con una moto-vespino de estas asiáticas y el rider sin casco. Avanzo un poco y paro a repostar, al cambio aproximadamente 1’05€/L, bien. Mi idea era ir a Estambul pero mi hermano, mi cuñada y mis sobrinos están de crucero y mañana van a estar en Marmaris, unos 600 Km al sur, por lo que me desvío hacia allí a ver si mañana puedo verlos.

Los 2 gasolineros se descojonan con mi película, uno ha estado en Salamanca y «charlamos» un rato, les pregunto que donde puedo conseguir una tarjeta SIM turca y me dicen que en Gelibolu, que me pilla de camino. Voy pallí.

Llego al pueblo y, aparte de que hay un movimiento de gente y vehículos (sobretodo motos, llevo en Turquía 2 horas y habré visto como cincuenta Hondas CBF de 150 c.c.). Aquí no importa qué tipo de negocio tengas, todos tienen grandes letreros de led. Entre que no entiendo nada de lo que pone en los carteles y que con la luz no ves bien lo que hay dentro… Todo me parecen tiendas de reparación de móviles. Paro en una de electrónica y pregunto, no tienen pero un chico que está en la puerta, Murat.

Él no habla inglés y yo el turco lo tengo muy dejao. Así que, como puede (odas las conversaciones son con señas) me dice que deje ahí la moto y vaya con él andando. Cojo el casco y la bolsa del depósito, lo demás está todo en las maletas pero ha sido muy de repente, no quiero pensar mal pero yo solo veo que nos alejamos y ni si quiera he echao la cadena a la moto. Llevamos un rato andando y pienso; ¿No seré tan tonto de que me estén alejando y entreteniendo mientras se llevan mi burra? Intento no ser desconfiado ni mal pensado, pero es que entonces me siento tonto. Bueno, hay que confiar, le pregunto si falta mucho y me pone cara de: bueno… No… Un poquito. No me tranquiliza, la verdad. Pero veo que todo el mundo por la calle le saluda, y él dice a todos «benim İspanyol motorcu arkadaşım, İspanya, İspanya’dan geliyor» o algo así, perdonar mi acento pero ya os digo que lo tengo un poco abandonaillo.

Tras 10 o 15 largos minutos, llegamos a una tienda de telefonía, todo en Turquía es sin términos medios; o está zaleao o es totalmente nuevo. Esta tienda era de las segundas, cosa que te tranquiliza. Mi amigo Murat les dice lo que quiero, se ponen con ello (están 4 personas trabajando en la tienda y no hay más clientes, solo amigos suyos). Me piden el pasaporte, me mosquea pero es lo que hay, aquí nadie pide el DNI.

Mientras lo tramitan me van haciendo preguntas, uno habla inglés, cuando les va traduciendo todos se ríen y alucinan, con lo de los 5.000 kilómetros se descojonan. Pasado un rato me piden que pague, no aceptan tarjetas, Murat me lleva al cajero. Mientras esperamos me enseña fotos con armas y uniforme, resulta que es militar.

Ya nos toca, me pone la pantalla para elegir cuanto dinero quiero, sacamos dinero y volvemos. Pago, me configuran el móvil y les doy unas pegatinas, que les ha gustado mi película. Ale, habemus internés in da móvil. 6 Gb de datos, me ha costado 90 Liras Turcas (unos 13 euros al cambio), le intento dar algunas Liras a Rabat (yo pensando que todo esto lo hacía por buscarse una propina) y sonríe pero se niega, me acompaña otra vez hasta la moto. Según vamos subiendo más «İspanyol seyahat bisikletçinin arkadaş seyahat motosiklet üzerinde«, le conoce to kisky. Las normas de circulación no existen, al menos para las motos, da igual acera que dirección prohibida. Los peatones no se paran, ni se asustan, es curioso como todo fluye sin ningún tipo de normas. Tampoco hay atropellos.

Mientras andamos voy pensando: «pos na, aquí estoy yo, en algún pueblo al oeste de Turquía que no sé ni como se llama, con mi mono de cuero de paseo con un amigo Turco, lo normal para un ¿Martes?» No estoy seguro, os puedo jurar que no sé en qué día vivo. Llegamos a la moto, que sigue ahí. Ha anochecido y los carteles luminosos alumbran y deslumbran las calles. Me despido de mi nuevo y muy hospitalario amigo. Me pide una foto, por supuesto, ¡Toma selfie! Me la manda luego por Instagram. Me siento en deuda, él con las pegatinas se siente muy agradecido, me gustaría volver a verle algún día.

A las afueras del pueblo, se escribe Gelibolu pero todavía no sé cómo se dice, está el puerto en el que se coge el ferry la barcaza para cruzar el famoso estrecho de Dardanelos.

Hay una cola de camiones terrorífica así que yo, que soy muy de «donde fueres, has lo que vieres», subo por el bordillo a la acera y me oy abriendo paso entre los viandantes, hasta colarme de todos los camiones y llegar a la cabina para pagar el billete (70 Liras, unos 10 euros), justo a tiempo, me esperan para cerrar el lote y nos vamos, no pierdo ni un minuto.

Ya se me ha hecho de noche, pero me queda hasta Marmaris una tirada de 7 horas y media (más paradas), por lo que al menos quería dejar cruzado el estrecho, mi amigo Murat me dice que no hay problema, que cada hora sale un viaje, que no paran. Aprovecho para comer algo el rato del barco, tiene una pequeña cafetería.

Ya estamos al otro lado, busco hoteles y apenas hay cosas cerca, con mala valoración y a precios más que Europeos. Veo que hay un pueblo más grande a una hora o así, con más variedad de hoteles. No quiero conducir de noche por Asia, apenas llevo 100 kilómetros aquí y todavía no sé cómo funcionan estos «locos al volante», pero miro la hora de la moto (tengo la hora de España) son las 7 de la tarde, ¿Y ya es de noche? Bueno, tiro un poco a ver como es el percal y si no me paro en el primer hotel que vea.

Empiezo a andar y me quedo asombrado con la carretera, una autovía en un estado perfectísimo, es totalmente nueva. Apenas hay tráfico por lo que me quedo más tranquilo. Pero veo bastantes chuchos por la carretera y me encuentro un par de ellos atropellados, así que intento conducir muy atento. De repente veo luces de la policía, ¿Control? Espero que no me toque. Empiezo a frenar y cuando estoy casi parado… ¡Es un cartel! ¡Tienen puestos carteles con dibujo y forma de coche de policía, con luces azules y rojas parpadeando! ¡Pero es de mentira! ¡Solo para asustar! ¡Qué cabrones! JAJA

Llegamos a Biga sin ninguna complicación. Al entrar al pueblo parece un pueblo de costa en verano, muchisimas terrazas, todo lleno, mucho movimiento de gente, me asombra. Busco hotel y encuentro uno cerca con buena pinta, Booking no funciona pero consigo reservar a través de otra web y voy para allá. Descargo la moto y la dejo engrasada, subo a mi habitación y… ¡Olé! La habitación está de lujo y el bar tiene un café-restaurante-terraza en la planta baja que está hasta arriba.

Me ducho y bajo a cenar, está jugando la selección de Turquía, de ahí tanto jaleo. Me siento a cenar y me fijo que en las mesas todo son hombres. En alguna mesa veo a la que parece ser la novia de uno del grupo pero en muy pocas. Todas las mesas están llenas de hombres, casi todos están fumando. Observo que mucha gente está sentada sin consumir nada, la mayoría. Casi todos los que están consumiendo algo, están tomando té.

Me gusta que el ingrediente principal de una ensalada sea la ternera. Lo otro debe ser un guiso típico de corderus.

Me traen la cena, muy buena pinta y toda la cena ha costado unos 10 euros. Me quedo un rato sentado en la mesa, observando el ambiente y la forma de comportarse de los autóctonos, se notan muchísimo nuestras diferencias. Subo a la habitación a tumbarme un rato en la cama y hablar con la gente, hago un repaso mental y me doy cuenta de que ha sido un día cojonudo; buena ruta, buenas vistas, varias anécdotas, comida distinta y ese choque cultural que tanto me gusta.

Intento acostarme temprano para descansar pero no lo consigo, esto de escribir, editar y publicar me está consumiendo jajaja, pero os quiero y me consta que estamos disfrutando juntos del viaje.

Como algunos me habéis dicho que «os lo leéis enterito y luego veis el vídeo» pero otros no me habéis dicho nada, por lo que deduzco que solo veis el vídeo, voy a probar a subirlo a YouTube con enlace oculto, link que solo pondré aquí (de momento), hago el vídeo pensando en el relato, creo que es más gracioso que os imaginéis las cosas bajo mi prisma y luego lo veáis vosotros. ¡Probemos pues!

🔜Etapa siguiente: 🇹🇷Etapa 1×12🇹🇷 – ✊🏼 Europa Ha Muerto🤘🏼

✊🏼¡Salud y Gas & Roll!🤘🏼

4 respuestas a “🇬🇷Etapa 1×11🇹🇷 – ✊🏼Entre Dos Tierras🤘🏼

Add yours

Deja un comentario

Blog de WordPress.com.

Subir ↑