Me despierta el ruido de un ventilador, empapado en sudor y algo desorientado. Ya es de día y me cuesta un par de segundos ubicarme y recordar que he recuperado a la Honda y que esto no es un sueño de Antonio Resines.

Anoche me quedé dormido con el móvil en la mano, era sábado por la noche, del fin de semana de mi cumpleaños. En mi cabeza solo había un plan: salir a celebrar mi cumpleaños y la recuperación de la CBR pero el palizón de los 2 dias de viaje me pasó la factura mientras esperaba la cuenta de la cena en el restaurante donde estuve anoche.

Hoy lo primero que hecho ha sido bajar a ver a La Honda y después acercarme a un supermercado a comprar agua; pues estoy seco y tengo la boca pastosa, pero no me puedo lavar los dientes con el agua de grifo por temor a las cagaleras. Los europeos no estamos acostumbrados al agua de sudeste asiático y el mero hecho de beber agua del grifo, el agua que puedas tragar en la ducha o al lavarte los dientes te puede provocar una fuerte diarrea.

Pero ya que anoche no lo celebré y hoy, aunque un poco afectado todavía por el viaje, estoy más descansado así que voy a salir a conocer la ciudad que lleva dos años en metida en mi cabeza, pero que no tuve tiempo de conocer en 2020.

Como parece que todo en esta ciudad gira en torno a Las Petronas, me acerco dando un paseo a la torre de comunicaciones gigante convertida en mirador.

Tras haber paseado por sus vistas de vértigo en 360°, voy al sky bar a beberme una cerveza a vuestra salud; la de todos los que me apoyáis de un modo u otro, gracias, de veras.

Tras bajar de las alturas me dirijo a chinatown; Malasia está plagada de Indios y de chinos, son un porcentaje muy importante de la población.

Hace calor, unos 35°C. Puede no parecer mucho pero hay una humedad bestial, según sales de la ducha y te vistes vuelves a estar sudado.

Tras ver un poco de la city me voy a buscar algo de comer; es mi cumpleaños y quería una comida especial, pero no he encontrado nada cerca de donde estoy.

A abo en un sitio de chinatown probando unos noodles con gambas y una sopa de ternera (en el video de YouTube veréis de qué es la sopa…).

Tras la comida vuelvo al hotel a ducharme, estoy empapado en sudor y eso que no soy una persona propensa a sudar. Después, a un sky bar llamado vértigo en un piso 31 con unas vistas impresionantes 😲.

Para rematar el día un poco de Rock’N’Roll en directo de unos autóctonos en la calle de los bares de Malasia; son bastante malos, la verdad, pero el garito tiene aire acondicionado y están tocando clásicos, no puedo pedir más.

Aunque ha sido un día bastante completo y el cumpleaños más especial que he pasado nunca, echaba en falta un buen homenaje gastronómico y más en un país donde el marisco es tan abundante.

Cuando me iba a dormir paso por la calle de los restaurantes, son las 3 de la mañana y aún hay sitios abiertos; veo una marisquería y me pido un buey de mar y una langosta asada… ¡A las 3 de la mañana y todo por poco más de 30€! Ahora sí doy por celebrado mi cumpleaños con una frase de loquillo retumbando en mi cabeza; quiero celebrar triunfos en soledad, junto a las proezas de la gente normal… TERRITORIOS LIBRES

Con la resaca del cumpleaños, amanece el tercer día en la capital malaya. No, en realidad no. Quedaba bien esa frase pero yo no tengo resaca; como buen discípulo de uno de los pilares fundamentales del Gas&Roll, Lemmy Kilmister, «La resaca es sólo para los que dejan de beber».

Tras un par de horas en el hotel recolocando todo en su sitio y haciendo inventario de todo lo que llevo en la moto (he tenido que tirar varias cosas que estaban medio podridas o muy zaleás; como la mosquitera, el kit de mechas para reparar pinchazos, una botella isotérmica, cinta aislante…), ponemos rumbo, de nuevo, al taller de Sunny Cycle.

El sábado, cuando estuve en el taller, no estaba Sunny; el hombre al que dejé mi preciada Honda durante más de ochocientos días no estaba el sábado así que no pude darle las gracias en persona.

Tras un rato charlando fuera, me dice que pase a la oficina mientras espero mi turno en el taller, porque quiere escribir mi historia.

Tras un rato preguntándome datos acerca del viaje, el tiempo que ha estado la moto parada y muchas más cosas que ha ido apuntando, me asomo a ver cómo va la cola y veo que ya es mi turno. En cuanto le comento mi problema a los hijos de Sunny, el mayor (jefe de taller), va directo a revisar el sensor y rápidamente vemos un cable mellado.

Tiene bastante mal acceso y tenemos que desmontar bastantes partes de la moto.

Una vez la desmontamos veo que la manguera de cables que va al sensor de velocidad de la caja de cambios está rajada y uno de los cables mellado.

Me imagino que me lo cargaría en uno de los tramos offroad que hice por nepal. Al fin y al cabo algo tenía que joder, pero que conste que es culpa mía no fallo de La Honda.

Tras reparar los cables y sellar todo con termoretráctil, procedemos al montaje del sensor. Si desmontarlo nos ha costado bastante, imaginaos montar el sensor en su sitio, con tan mal acceso nos cuesta bastante, aunque finalmente lo conseguimos, lo probamos y el velocímetro ya marca correctamente, una cosa menos.

Les comento lo que me ha hecho esta mañana al arrancar (lo veréis mejor en el vídeo); sonaba el relé de arranque entrando pero el motor no giraba. Tras varios intentos finalmente ha arrancado pero me asustado. Le pongo el video que he grabado y recisamos el relé de arranque; yo creo que es el motor de arranque pero ellos creen que es una mala conexión.

Revisamos conexiones y relés (el de arranque está como mis colegas los sábados por la noche; sulfatados). Lo soplamos, limpiamos y echamos limpiacontactos. Yo de paso les pido el spray y le echo a todos los mandos (intermitentes, luces…) pues todo va durísimo y se queda agarrotado. Tras probar a arrancar y parar la moto un montón de veces sin problemas, lo damos por zanjado. Ya sólo falta arreglar el intermitente delantero derecho, que está fundido pero no tienen bombilla de recambio.

Al entrar en la oficina a pagar y hablar con Sunny, me pregunta que hacia dónde voy a ir. Le comento que quiero cruzar a Indonesia, pero que no encuentro en Internet información acerca de los ferrys para cruzar. Vamos a su PC y me enseña algún foro y un hilo de correos electrónicos con un amigo de 2017; al igual que todo lo que yo he encontrado, es muy antiguo y nada certero. No hay una web con precios, ni horarios, como cualquier país. Todo funciona a través de testimonios de viajeros que pasaron por aquí hace varios años. Sunny me dice que soy el primer overlander en llegar a Malasia desde 2020 por el cierre de fronteras, que me va a tocar experimentar.
Pago la cuenta y me despido con la esperanza de no tener que volver; 2 días en el taller en menos de una semana… Vale que tenga 21 años, 119.050 kilómetros y haya estado parada más de 800 días pero, ¿Qué es esto? ¿Una ducati? 😂😘

No he desayunado y me he pasado el día en el taller, por lo que no he comido desde anoche que cené a las nueve de la noche. Son las cinco y media de la tarde por lo que estoy canino, así que busco un sitio donde pueda comer algo de comida tradicional. He buscado un sitio tradicional para probar un plato llamado Nasi Goreng, pero no entiendo nada de la carta y elijo el más cutre de todos, pues los de la mesa de al lado tienen todos muy buena pinta.

Mientras desayunocomíacenaba estaba buscando donde quedarme, pues ya se ha hecho de noche pero el sitio donde me he quedado estos días era un montón de mierda. Pidiendo recomendación a Marian, una chica Argentina que conocí ayer, me ofrece alojamiento en su casa. Ella trabaja hasta las 21:30 y son las 20 por lo que me acerco a su condominio (así llaman los argentinos a las urbanizaciones) y voy a un restaurante que encuentro cerca a ver si espero tomándome una cerveza. Cuesta encontrar alcohol en Malasia; a diferencia de lo que mucha gente cree, es un país musulmán. En los sitios tradicionales no tienen alcohol y, donde lo tienen, es carísimo. La comida me ha costado sobre 10 ringits (unos 2’20€) y una cerveza en un sitio cutre no baja de los 30 ringit.

Cuando Marian termina su reunión me avisa y voy a su lujosa urbanización; los de seguridad me dan una tarjeta y me dejan meterla en el parking privado. Luego Marian me viene a buscar, subimos las cosas a su piso, me doy una ducha y me hace un tour por la urbanización, que es la hostia; gimnasio, piscinas, jardines, áticos comunes para hacer fiestas… Todo ultra cuidado y de lujo, la hostia.

Tras el tour salimos a buscar algo de cena para ver si puedo compensar la hospitalidad argentina y cuando volvemos salgo a la terraza a disfrutar un rato de, como dice ella, las mejores vistas de la ciudad. Totalmente de acuerdo.
Han sido unos días geniales pero, como dice uno de mis mejores amigos, Angel Pajares (el cantante de Puerta Oeste)… Hoy no.
Estamos arrancando y los comienzos siempre son duros. Es la cuarta etapa y todo me t3cuerda a cuando iba a empezar la primera; muchos documentos han caducado y los he tenido que volver a tramitar, equipamiento deteriorado que he tenido que volver a comprar, cosas de última hora que hay que ajustar y una sensación de incertidumbre que nunca sabes si estás haciendo las cosas bien o eres un patán. Sea como sea, mi colega Pajares también dice en su canción «hoy no, no será el final, hoy no, hoy no llegará, hoy no, hoy es el final, hoy no».
Seguimos en la brecha, seguimos peleando y estamos juntos de nuevo. El Gas&Roll ha vuelto y mañana volveremos a la carretera; necesitamos hacer el rodaje y las bestias no pueden vivir en una ciudad.
Aquí os dejo el vídeo de YouTúb, siento tardar tanto pero pensad que edito los vídeos y escribo las páginas en la web desde un móvil, por las noches despues de un duro día de viaje y yo no soy un pro; conduzco, grabo, planifico la ruta, busco alojamiento, comida, cargo baterías, descargo contenido multimedia, edito vídeos, programo mi propia web, subo contenido a las redes sociales en directo y todo sin ayuda de nadie.
Hago esto por amor al arte, pues yo lo único que gano es saber que vosotros podéis disfrutar conmigo desde casa. Intento mejorar en cada etapa así que si te gusta el vídeo como si no, deja un comentario con tu opinión, please!
¡Un fuerte abrazo desde Malasia y no os olvidéis nunca de una buena jornada de Gasolina y Rock’N’Roll!
Mucho ánimo, máquina , gracias por compartirlo y gracias tú primo Raul otro máquina , q vaya todo bien ráfagas y mucho gas y rock and roll😎👍👍👍👍💪🏻
Me gustaMe gusta