🚫Etapa 1×23🇵🇰 – ✊🏼 No Hay Tregua 🤘🏼

🔙Etapa anterior: 🚫Etapa 1×22🇵🇰 – ✊🏼Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes🤘🏼

🔜Etapa siguiente: 🇵🇰Etapa 1×24🇮🇳 – ✊🏼Rock’N’Roll Actitud🤘🏼

Son las 5 de la mañana y llaman a la puerta de mi habitación. Una vez más, despiertóme desorientado y encima ¡¿Quién narices llama a esta hora?! Igual que en las películas miro por la cortinila de la ventana a ver quién hay en la puerta; es uno de los críos que trabajan en el hotel. Intrigado, abro la puerta para ver qué pasa: «Police is here, you can go now«. ¡Mierda! ¿Me he dormido? Vuelvo a mirar la hora a ver si me he confundido, con tanto cambio de país en cada dispositivo eletrónico tengo una hora distina, porque van cogiendo la hora de la red y si no he cambiado de SIM, se queda con la hora de ese país, pero no. No me había confundido, la tabarra y el farol de la noche anterior habían surtido efecto y los militares estaban en el hotel a las 5. Recojo todo y me visto lo más rápido posible, apenas he descansado pero me siento lleno de energía, saliendo a estas horas quizás consiga llegar a tiempo a Nueva Delhi.

Bajo cargado a recepción y me encuentro con Álex que también está muy contento por la noticia, «ya era hora de que nos salga algo bien, gracias a tus voces de anoche hoy salimos muy temprano«. En mi cabeza suena de nuevo esa estrofa de una de mis canciones favoritas; Tiempos Nuevos, Tiempos salvajes: «Levántate y lucha, ésta es tu pelea, no voy a luchar por ti», aunque he abusado un poco de ella estos días, así que me paso a otro de los grupos con más actitud del panorama nacional, Barricada: «Estás asustado, tu vida va en ello, ¡Pero alguien debe tirar del gatillo!«

Salimos rápido del hotel, se abren las puertas en plena noche y con todo el miedo que nos han infundido en esta ciudad, da la sensación de que van a estar los malos esperando en la puerta, pero no, no hay ni un alma por la calle, se ve que los pakistanís son más de andar de noche, que está todo abarrotado, pero por las mañanas no hay nadie y menos a estas horas.

Vamos avanzando y cada 5 minutos cambiamos de escolta, ni si quiera hablamos con ellos o nos piden los papeles, yo pienso que si nos quieren secuestrar sólo necesitan presentarse con una pick-up blanca y los policías del momento te abandonan y te dejan con ellos sin consultar nada. Cada cambio de barrio/distrito hacemos cambio, Quetta es una ciudad bastante grande, de un millón de habitantes aproximadamente, que ha duplicado su población gracias al ejército, con gran parte de militares provenientes de Afganistán.

También es muy famosa por la cantidad de atentados, si os fijáis casi siempre que hablan de Pakistán en el telediario es en Quetta o Islamabad, muy cerca de aquí es donde supuestamente mataron a Osama Bin Laden.

A las afueras de la ciudad nos detenemos porque ninguna escolta nos espera y es a nosotros a los que les toca esperar.

Uno de los Levies es más parlanchín y me pongo a hablar con él, algunos hablan inglés, veo muchas diferencias entre distintos cuerpos de seguridad de Pakistán; unos son muy serios y distantes, te tratan mal, tienen pinta de corruptos y sin embargo otros, hablan inglés, te aportan confianza, son educados y siempre vienen a darte la mano al conocerte y al despedirte. Aprovecho para preguntarle de nuevo por el AK47, ¿Qué queréis que os diga? A mí me intriga mucho y le pregunto que si él lo lleva con el seguro o también lo lleva desbloqueado, me mira con cara de haber hecho una pregunta absurda y me dice que lo lleva en semi-automático, me quedo muy tranquilo, sí JAJAJA

A esta gente les gusta mucho las fotos, cuando les pides que te hagan una; ellos se hacen otra o si te ven sacando una foto a la moto y están cerca, se suman solos a la moto y luego te piden que se la enseñes JAJA

Está amaneciendo pero lo que se ve en las fotos no es niebla, es una mezcla entre polvo y suciedad en el ambiente, es muy desagradable porque si vas con la visera abierta te dejas los ojos pero con la visera cerrada no ves nada, pues se ensucia en un minuto.

Al fin llegan los Levies y partimos, parece que van más ligeros y nos tiramos un rato sin parar, hemos perdido más de media hora de lo que habíamos ganado con el madrugón, pero al fin seguimos.

Tiramos un buen rato con la misma escolta, aproximadamente una hora. Empieza a amanecer, los militares se detienen en el arcén, hay un pequeño cuartucho de barro de unos 4 metros cuadrados, se supone que es un cuartel militar, también se supone que tenía que estar aquí la siguiente escolta.

Empieza a pasar el tiempo y a salir el sol, el calor aprieta desde primera hora así que aprovecho la parada para cambiar la visera, darme crema, comer algo y por qué no, algunas fotos…

Pero el tiempo pasa y volvemos a estar perdiendo el tiempo, una hora y media después llega la siguiente escolta, me imagino que hasta que no hemos llegado nosotros no han salido de donde quiera que vengan, espero que al menos hagamos una larga tirada sin paradas.

Comenzamos a tirar y no llevamos mal ritmo, la verdad. El paisaje va cambiando, empieza a desaparecer esa nube de polvo y suciedad, el paisaje es tan rocoso como bonito.

Pasamos por desfiladeros, zonas desérticas, subimos algún puerto de montaña, atravesamos zonas verdes en medio de zonas desérticas, la verdad es que es bastante bonito, pero no nos dejan parar, aunque tampoco tenemos tiempo para ello.

El día va pasando de una forma muy repetitiva, avanzamos poco pues las pick-up rara vez llegan a 80-90 km/h y conforme sube el sol, pasa lo mismo con la temperatura de mi burra, cosa que empieza a preocuparme.

Sólo paramos en los cambios de escolta, a veces ni llegamos a detenernos; pasamos al lado de una pick-up que está en el arcén y nos dice que la sigamos a la vez que se da la vuelta la que nos acompaña hasta el momento.

Otras veces nos toca esperar a los militares durante largo rato, pero no os creáis que les esperamos en una gasolinera o en el restaurante de un área de servicio; suele ser en el arcén, apostados junto a algún cuartucho militar donde no hay comida, ni bebida. De hecho muchas veces ni si quiera hay sombra y la moto se tiene que quedar al Sol, por lo que aunque esté parada más de 15 minutos apenas baja la temperatura.

Aprovecho las paradas para revisar/reparar la moto y accesorios

Se nos acaba la suerte y vuelven las vespinos, volvemos a rodar a menos de 50 y, tanto la temperatura de Pakistán, como la de La Honda, suben por momentos.

Todo está muy viejo, aunque sea nuevo

Lo peor es cuando vamos detrás de alguna vieja Toyota Hilux (la pick-up por excelencia) que tampoco va mucho más rápido y pasan muchas horas sin que la moto baje de temperatura, lo que es inversamente proporcional a mi tranquilidad.

Ya son muchos días y todo me va sentando un poco peor. Por suerte, en el hotel de Quetta pude reponer el agua que la moto había perdido en las anteriores etapas y ahora refrigeraba mejor, pero si seguía circulando tantas horas sin bajar de 95 – 100º C volvería a pasar algo parecido, o peor.

Cada vez les metía más el morro de la moto a los militares, incluso llegaba a ponerme al lado suyo para adelantarlos. A ellos esto, obviamente, no les gustaba, pero a mí lo que hacían ellos tampoco; dudo que ese coche no pueda circular tranquilamente a 80-90 km/h, seguro que iría mejor. Alguna vez incluso les llegaba a decir con la mano que fuesen más rápido.

Otro de los problemas de la escolta militar es que no es algo fijo; depende de la situación político-militar del país te obligan a ir escoltado hasta un punto u otro. Sé de gente que al salir de Quetta les han dejado libres, otros 50, 100 kilómetros… Nosotros estamos a más de 200 kilómetros de Quetta y siguen sin dejarnos libres, debe ser que la cosa está más caliente de lo normal.

Paramos y por fin parece que nos libramos de las escoltas. Una sensación de libertad y emoción recorre mi cuerpo, me dan ganas de bajar 3 marchas, picar un poco de embrague y exprimir a fondo la potencia que le quede a mi moto, que espero no haya bajado de 100, aunque hace mucho que no puedo comprobarlo. Pero no, han sido muchos días con Álex y muy duros, me apetece pasar un último rato con él y despedirnos como la ocasión se merece.

undefined

Veo un cartel de gasolinera y me pongo en su ventanilla para indicarle que paremos a repostar, para así despedirnos y ya poder continuar cada uno a su ritmo, el mío va a ser frenético.

Una vez más se crea mucho revuelo a mi llegada a la gasolinera, no sé de dónde salen tantos niños, pero nos rodean y nos miran con expectación, todos miran sonriendo, cuchicheando entre ellos y me da la sensación de que mi mera presencia les hace muy felices. Alguno incluso se atreve a tocar la moto y eso ya es un subidón, hasta que llega otro hombre por detrás que les empieza a dar voces y decirles que se separen. Son policías, ¿Qué hacen aquí? Resulta que la escolta no se había terminado y ha aparecido otra escolta. Empiezo a hablarle mal y decirle que ya habíamos terminado con la escolta, pero ellos me decían que no, que la zona no era segura para turistas y que tenía que seguir. Empecé a negarme a seguir en esas condiciones, le expliqué lo que había pasado esos días y, a voces, le amenazaba con escaparme como no circularan a una velocidad decente, pues mi moto estaba a punto de arder, no puedo ir tantas horas a esa velocidad.

En realidad me vine muy arriba, pues según me di la vuelta y vi a todos esos niños boquiabiertos me di cuenta de la situación; un chaval extranjero, disfrazado de astronauta, dando voces y amenazando a un militar armado… En realidad al momento me vine abajo, pero dentro del casco nadie me ve la cara JAJAJA

Apenas me queda dinero pero donde estoy tampoco se puede pagar con tarjeta así que invierto todo lo que me queda en gasolina, sin ni si quiera ser suficiente para llenar el depósito, pero al menos tengo autonomía para ir a buscar cajeros o bancos, estamos cerca de una ciudad que se llama Sukkur , donde espero no tener problemas.

Salgo rápido de la gasolinera y tiro delante, si quieren escoltarme que corran y me adelanten, aunque de reojo voy mirando por el retrovisor pa ver si vienen y cuando me adelantan me llaman la atención haciéndome señas de que vaya más despacio y detrás de ellos. Les dejo que me adelanten pero no bajo de 70, pegadísimo a ellos y metiendo rueda todo el rato, ¡Yo no tengo tiempo para perder el tiempo! JAJAJA

Afortunadamente no llevamos muy mal ritmo y sólo nos escoltaron hasta poco después de Jacobabad, aunque lo de sólo es relativo, más de 8 horas y 300 kilómetros… Al fin nos dejaron libres pero ahora viene otro problema; no tengo un duro, literalmente. Por lo que paramos un momento para buscar un cajero y veo uno a pocos kilómetros, se lo comento y vamos allí, donde pararemos un poco y nos despediremos.

Última comida juntos, a Álex le encanta el gazpacho y con este calor da gusto beberlo, él pone las verduras y yo el aceite de Oliva de Olealia, también el arroz con pollo que me guardé del día anterior.

No sé de dónde sale la gente, pero no habíamos terminado de pararnos y ya estábamos rodeados de curiosos que se habían venido a ver todo nuestro equipamiento, analizar todo lo que hacíamos y sacarse fotos con nosotros.

Una vez comidos llega la hora de la despedida, ambos tenemos mucha prisa pero viajamos a ritmos distintos, aparte de que yo tengo que entrar a la ciudad a sacar dinero y Álex no, por lo que nos despedimos 2 o 3 veces con la esperanza de volver a encontrarnos.

Después de probar con 5 tarjetas débito y crédito y que me lo reseteen… El cajero no me deja sacar dinero, por lo que otra vez toca vestirse para ir a la ciudad de Sukkur. Una vez nos hemos adentrado en la ciudad empiezo a dar vueltas buscando cajeros, lo cual se hace muy cansado. El calor es abrumador, estaremos cerca de los 50°C. El tráfico en las ciudades es caótico, la gente debe tener reflejos dignos de un piloto de fórmula 1, pero yo veo más accidentes potenciales por minuto de los que mi corazón debe soportar. Cada vez que llego a un cajero tengo que quitarme el casco, la chupa, los guantes, recoger GPS, quitar la mochila del depósito… Y atar todo a la moto, ya que no puedo arriesgarme a dejarlo todo aunque sean 5 minutos. La verdad es que la gente es muy amable y creo que no hay ningún problema con los robos, pero malnacidos hay en todos sitios y con la suerte que tengo últimamente no puedo tentar al demonio. Una vez me he quitado todo empiezo probar con cada una de las 5 tarjetas en varios cajeros. Puede parecer una chorrada pero hace un calor espantoso y todo esto se hace muy engorroso, llevo 2 horas de cajero en cajero, vistiéndome y desvistiéndome, guardando y sacando todo, circulando por una ciudad caótica a temperaturas extremas, al menos para mí, a ellos se les ve agusto. Tras cansarme de repetir esto decido entrar a un banco, pero no he encontrado ninguna entidad internacional así que aparco delante del primero que pillo. Todos los bancos tienen un segurata armado en la puerta que me mira raro y yo llevo la mala hostia en la mirada, ¡¿Cómo puede ser tan complicado algo tan sencillo como sacar dinero?! Llevo varias horas dando vueltas, sin agua y con un calor abrumador, parece que me va a dar un golpe de calor, a la moto también.

Finalmente entro en un banco a intentar sacar dinero y como no soy de esa entidad me dicen que no puedo. Ya enfadado del cansancio y de tanta vuelta, les empiezo a montar un pollo sin que tengan ninguna culpa, contándole a todo el mundo mis problemas y antes de terminar un chico se levanta de su escritorio y se ofrece a ayudarme.

El tipo deja su puesto de trabajo para acompañarme durante más de 15 minutos, él a pie y yo andando, alucinante. Finalmente llegamos a un banco internacional donde me dice que podré sacar dinero con mis tarjetas, no a la primera, pero al fin consigo sacar dinero. Cuando salgo parece que se ha corrido la voz y está lleno de gente alrededor de mi moto, todos quieren fotos y yo lo primero que quiero es comprar bebida. También me acompaña a una tienda y encima quería invitarme… ¡Qué hospitalidad! Éste sí es el Pakistán del que yo había oído hablar. Me cuesta pero finalmente me deja invitarle a una Pepsi. Vuelvo al banco porque con el ansia viva de gastar dinero en reponer líquidos me había olvidado del casco. Al fin. Ahora sí. Libres y con dinero en efectivo, ¡Qué peso me he quitado de encima!

Cuando queremos volver a la carretera es casi de noche, nos ha costado 4 horas, el día que más escasea el tiempo. Llevo una paliza en el cuerpo terrible pero debe ser la adrenalina de haber solucionado todos estos problemas, porque me siento a tope y nada nos detiene.

Tanto es así que la conducción cambia por completo; los badenes aquí son altos y cortos, lo que hace que, continuamente, tenga que reducir mucho la velocidad y luego volver a recuperarme, incluso en carretera abierta, que por cierto ha mejorado aunque sigue teniendo baches y brechas. Pero lo que antes era un reto personal ahora se ha convertido en misión imposible y, si el camino se hace duro… !!Los duros hacemos camino!!

Ya no conduzco la moto como la deportiva que era, prácticamente la llevo como una moto de enduro; si hay un bache, no freno hasta casi detenerme, bajo un par de marchas, un toque seco al freno y un acelerón con una ligera caricia al embrague, la rueda de delante se levanta ligeramente para pasar los obstáculos y es la trasera la que absorbe los impactos, pura conducción TodoTerreno.

Cogemos ritmo, mucho ritmo. La velocidad es prácticamente igual de alta que antes, pero la media es prácticamente el doble.

Pero el depósito tiene sus límites… Más de 200 kilómetros en 2 horas, hace muchos países que no conseguía este ritmo y me canso menos que con la conducción precavida, pero van muchas horas.

Después de repostar y veo que tienen un par de restaurantes detrás, voy y no pregunto por comida, ni precio; me interesa el tiempo de respuesta y pido en un restaurante de comida rápida con la intención de salir volao, pero para cuando vuelvo a la puerta ya se están acercando curiosos de los otros restaurantes y algunos coches después de repostar.

LOs universitarios

La gente, una vez más, es amabilísima. Me salgo a cenar al lado de la moto y los chicos van a por una silla para mí, a todos les intriga mi viaje, mis historias, un par de universitarios hablan inglés y les van traduciendo todo. Me siento como el abuelo de los Simpson contando batallitas a los niños, les preocupa mucho mi opinión de Pakistán; donde he estado, a donde voy, que si me ha gustado, esto lo preguntan todo el rato esperando que mi respuesta sea sí. Les pongo al día de mi situación y los universitarios me ofrecen pasar la noche en su casa, quieren compensar lo mal que lo he pasado los últimos días en su país y dicen que Balochistán no es su país, que no tiene nada que ver, que me tengo que quedar y conocerlo bien. Lo que iba a ser una parada de 5 minutos se ha ido a más de media hora, pues estoy cansado y muy agusto sentado con esta gente, pero me cuesta levantarme y tengo que intentar seguir, NO HAY TREGUA. Antes de eso me dejan WiFi para que pueda hablar con mi familia y rendir cuentas a España. Me dan sus números y me dicen que les llame con cualquier cosa que necesite, aunque no sé muy bien cómo lo voy a hacer pues mi línea aquí no funciona JAJA.

El GPS me mandaba por un sitio, pero los locales me mandan por otro, el tráfico ha bajado una barbaridad, parece que aquí no se viaja de noche. Pasado un rato el GPS coincide con lo que me dicen los locales y ambos me dicen que abandone mi carretera que sigue recta hacia el norte, para coger una carreterucha que sale en perpendicular y acaba en una autopista que vuelve a encarar el norte. Todos me dicen que es una carretera totalmente nueva y en perfecto estado, a estas alturas me saboreo una autopista, de las que siempre he renegado.

Cuando por fin llego a la cabina de peaje tiene una pinta estupenda y encima parece estar vacía, si está autopa llega hasta Lahore tengo posibilidades, me detengo en la cabina de peaje y el tipo sale a verme asombrado y me dice que las motos no tienen que pagar, pero pone cara de dudas. Me deja pasar y al incorporarme a la vía veo 2 patrullas de policía, están unos 7, sentados en sillas de plástico en el arcén y, según me ven, se levantan a darme el alto. Yo espero que sea para ver mi moto, pero no. Me empiezan a increpar y les hablo en inglés, llaman al chaval de la cabina de peaje porque es el único que habla inglés.

Me han detenido. Las motos, en Pakistán, tienen prohibida la circulación por autopistas. Me dicen que eso es una ley de su país y que yo soy un extranjero que está incumpliendo sus leyes, que estoy detenido. Viendo las motos que tienen aquí, me imagino que es por la velocidad, así que le digo que mi moto corre más que cualquiera sus coches y pone cara de no creerlo. Me obligan a sentarme en una silla mientras llaman a quien sea, eso sí, me ofrecen agua, de una garrafa vieja, me insisten en repetidas ocasiones pero si bebo eso es probable que muera ahí de una cagalera JAJAJA.

Me pone un coche de escolta para que lo siga y le digo que ya que estoy dentro tiro por autovía me dejen tirar hasta la primera salida, me ponen un coche con escolta para que lo siga y cuando llegamos al cambio sentido, van y me obligan a dar la vuelta y andar otro 15 minutos hacia atrás hasta llegar al punto en el que había entrado en la autopista, en fin, qué perdida de tiempo aunque lo peor es que me queda la carretera que une la autopista con a carretera a mala, otra media hora de retraso. La carretera por la que me han dejado continuar no tiene iluminación, arcén y a ratos tampoco asfalto, aunque si tiene vacas en todo su terreno. Difícil pasar de 40 – 60 km/h… A ver quién avanza en estas condiciones.

Tras un rato llamando, no se a dónde ni a quién, me levanto para ir a hablar con el sheriff. Me vuelve a decir que me siente y le digo que yo he ido por ahí porque es lo que me han dicho. Me mira raro y me pregunta que quién, le digo que he estado varios días con los militares en Balochistán y que ellos me han obligado a ir por ahí. Mentira; sí que es verdad que no podía hacer la ruta rápida y me obligaron a ir hasta Kharipur dando una vuelta enorme, y duplicando las horas desde Quetta a Lahore. Le enseño los papeles del NOC y le digo que llame a los Levies y a mi embajada, me tiro el farol de que ellos me han obligado a ir por ahí, que me han planificado la ruta y me han dicho por dónde tenía que ir, incluida la autopista, porque la otra carretera no era segura para mí y los turistas la tenemos prohibida. Él me dice que esto es otra región distinta, que ellos no son Levies y yo le contesto que yo eso no lo sé, pero que si un militar me da hablado esas directrices por mi seguridad, yo las cumplo. Empieza a hacer llamadas y al rato me dice que él ha hablado con los Levies pero que no saben quien me ha dicho eso y yo le empiezo a enseñar fotos de los Levies. Me vuelve a decir que me siente y sigue llamando. Me vuelvo a acercar con la misma cantinela y al final le convenzo para que me deje marchar. Buff, ¡Por los pelos!

Una vez más, paramos a repostar pero no tienen nada de beber, descansamos un poco con ganas e parar, pero sin ver nada parecido a un hotel.

Son las 4 de la mañana y me encuentro una especie de kiosco al pie de la carretera, están 3 tíos y a mi me cuesta creer que 3 personas o familias vivan de eso. Me tomo una Pepsi con ellos y veo que estoy a varias horas de Lahore, agotad. Pese a poner toda la carne en el asador ha sido imposible llegar en 1 día… ¡Demasiado que sigo rodando!

05:00 Necesito dormir, mis ojos no pueden más así que voy buscando un sitio donde acampar, pues de hoteles no sé nada, aparte que tardaría más que acampando. Tras 2 intentos fallidos de acampada, veo unas camas en una especie de área social.

No sé qué es, me da la sensación de que son camas para gente sin techo o para enfermos, hay unos niños que atienden a los que se quedan, que no tienen muy buen aspecto.

No sé si hay que pagar o qué, pero he aparcado la burra junto a la última cama, todo el mundo me mira tan raro como yo a ellos; ninguno sabemos de qué van los demás o qué pintan ahí.

05:30; 24 horas de viaje. Yo abro mi saco de dormir y me voy a tumbar un rato al raso, al pie de mi moto, ahora mismo me dormiría incluso de pie, de hecho he tenido un par de sustos encima de la moto así que no me lo pienso, mañana veré si hay que pagar algo por dormir aquí… Ha sido un día larguísimo, está claro que No Hay Tregua pero como dirían los Platero; ¡¡Esto es Gas & Roll y no somos americanos!!

Es el juego del gato y el ratón,
tus mejores años, clandestinidad.
No es muy difícil claudicar…
Esto empieza a ser un laberinto…
¿Donde está la salida? ¡Estás asustado, tu vida va en ello!
¡Pero alguien debe tirar de gatillo!

Tu infantil sueño de loco, no es respuesta demencial.
Este juego ha terminado… ¡Mucho antes de empezar!

Anónimo luchador, nunca tendrán las armas la razón.
Pero cuando se aprende a llorar por algo…
¡También se aprende a defenderlo!

Estas asustado, tu vida va en ello
Pero alguien debe tirar de gatillo

🔜Etapa siguiente: 🇵🇰Etapa 1×24🇮🇳 – ✊🏼Rock’N’Roll Actitud🤘🏼

Recibo muchos mensajes de apoyo así que, si queréis contribuir podéis hacerlo comentando las entradas de la web y compartiendo cada etapa en vuestras redes sociales, ¡Gracias de antemano!

Un comentario sobre “🚫Etapa 1×23🇵🇰 – ✊🏼 No Hay Tregua 🤘🏼

Agrega el tuyo

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: