🇳🇵Etapa 2×09🇳🇵 – ✊🏼Tal Vez el Rock'N'Roll🤘🏼

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Gallos, otra de esas bandas que incluyo en mi playlist personal llamada Esperanza Rock Patrio!

Tras un muy largo día (y noche) al fin llegamos a Katmandú. Samartha, el amigo de Nepal, amigo del amigo de Kunal (el del taller de India) vino a buscarnos a las afueras de la ciudad, en su moto, una Rieju MRT 180 c.c.

Como hemos llegado a las tantas de la noche ya era muy tarde para hacer ninguna gestión, así que nos ha llevado hasta el hotel donde previamente nos había reservado una habitación.

He dejado descansar a la bestia, subido a dar el visto bueno a la habitación, dejar las cosas y Samartha nos ha llevado a cenar a un restaurante europeo, un italiano en concreto. La verdad es que se agradece, después de 10 días comiendo comida asiática sienta de lujo, tal vez el Rock’N’Roll ésta vez sea la mejor opción

Aunque el restaurante sea europeo las especias son de Nepal y la comida pica como cualquier otra, tanto es así que aún si gustarme los dulces, decido comprar un bollo ya que siento como una faca en la garganta.

Seguimos sin tener calefacción en la habitación, pero al menos el agua caliente funciona a tope (tiene su propia bombona de gas directa en la ducha). El edredón es cojonudo y el resto de la habitación está muy bien. Bajamos a desayunar y a esperar a Samartha y Ganesh.

A la izquierda Ganesh, de la empresa de transportes, llamando al carpintero.
A la derecha Samartha, el amigo del amigo de Kunal.

Esperamos a que venga el carpintero para tomar las medidas a la moto, él se va a encargar de fabricar un cajón de madera para que podamos enviar la moto en avión.

Una vez tomadas las medidas seguimos a Samartha hasta su taller, lo primero que vamos a hacer es lavar la moto, pues lo estoy deseando desde hace días.

Ya de por sí, en los Himalayas hay muchos tramos OffRoad y son muy sucios, pero los días por el Everest se fueron de madre, fuera parte de que hemos estado rodando muchas horas al día y dejado la moto parada dos días sin poder lavarla.

Le encarga a uno de los empleados que se ponga a lavar la moto mientras me llevan a la oficina y me invitan a un té.

Me sorprendo al llegar a la oficina, pues me entero de que Samartha es el dueño de Rieju Nepal.

Me alegra saber que todavía hay fabricantes de motos españolas abasteciendo mercados, aunque no sea el nuestro. Pensar que hace unos años éramos uno de los países que dominaba el mercado…

Cuando terminan de lavar la moto empezamos con el mantenimiento. Tenía tantas ganas de limpiar la moto por fuera, como por dentro, ya me imaginaba que estaría más o menos así.

Llevamos 2 semanas entre humo y polvo, era de esperar que, aunque hayamos rodado menos de 3.000 kilómetros, todo esté tan sucio.

Una vez limpiado y puesto a secar el filtro de aire seguimos con el resto, las toberas de la admisión están sucias también.

Samartha manda a uno de los empleados a alguna tienda y vuelven con un spray específico para limpiar sistemas de inyección y carburadores.

Tras aplicar el producto y soplar con aire comprimido empieza a salir bastante mierda.

Así quedan las palometas de la admisión.

Una vez finalizada la limpieza pasamos a cambiar el líquido refrigerante, aparte de que estaba bajo por haberlo tirado durante esos largos calentones, tengo tiempo y prefiero cambiar todo el líquido.

Tras estar un rato vaciando todo el líquido viejo, reponemos producto.

También compramos un kit de limpieza y engrase de filtros de aire, no sé si recordáis que antes de salir de viaje sustituí el filtro de aire de la moto (usar y tirar) por un K&N lavable.

No deja de aparercer gente, tanto clientes que se quedan con nosotros a observar semejante máquina como otros que pasan y se quedan anodadados a admirar.

Tras finalizar los mantenimientos y quedarme un rato limpiando la moto por fuera a conciencia, volvemos al concesionario y dejamos la moto en el sitio que se merece, en perfecto estado de revista, o de exposición.

A los únicos que conozco que han pasado por Nepal después de mí ya les he recomendado el lugar, pero si alguno más tiene pensado venir por aquí avisadme y os pongo en contacto con Samartha, un tipo muy servicial y de fiar, muy buena gente.

Tomamos otro té mientras recogen todo el taller, observando cómo luce la bestia, varios clientes entran a mirar la moto y preguntar por ella. Todos alucinan con el viaje, varios tienen que buscar España en el mapa. No os sorprendáis, pues muchos españoles también tienen que buscar Nepal.

También nos llevamos 3 sprays para engrasar la cadena. Una vez finalizadas todas las intervenciones me quieren llevar a un garito a tomar algo, dicen que me va a gustar así que les sigo gustosamente.

Al llegar veo que la moto está tirando refrigerante, imagino que no hemos sacado todo el líquido antiguo antes de poner el nuevo, pues he consultado las cantidades en el manual de la moto (que por cierto os recomiendo llevar en PDF en vuestro teléfono).

El garito es una chulada, está guapísimo. Ya lo veréis en el vídeo de abajo, pues aquí no me deja colgar vídeos y no saqué más fotos. Es un garito motero auténtico, no sé cuántas motos tiene el tipo, pero lleva toda la vida rodando, con varias CBRs y otras motos muy Rs, tiene multitud de monos de cuero muy usados y cantidad de fotos en circuitos, al margen de una BMW R1200GS de Gran Bretaña, otra local, una ducati diavel, Harley, Yamahas, dos Hondas CRF y un largo etcétera.

Puede pareceros una rara Carlsberg, pero no, es una limonada casera. Aquí está prohibido el alcohol al volante (y al manillar), terminantemente prohibido. Me comentan que si te paran alomejor lo arreglas con un soborno de 5 euros pero que alomejor te detienen, aunque des 0’1.

Tras un largo día, volvemos al hotel y salimos a dar un paseo, aprovechamos para mandar algunas postales. Os comunico que las envié el 5 de febrero, si no os han llegado ya, dudo que lo hagan JAJAJA.

Se nota que estoy por una zona mucho más turística que la otra vez que vine a Katmandú, pues tiene muchas tiendas de souvenirs y vida nocturna, aunque no está el cuerpo para mucha fiesta, ni la cabeza, a ver cómo evolucionan los hechos.

Tercer día en Katmandú.

Hemos quedado temprano con Ganesh, para ir desmontando cosas a la moto y llevarla al aeropuerto. Él llega a la hora, pero no nos podemos ir porque la noche que llegué aquí dejé mi ropa en recepción para que la llevasen a la lavandería y llevo 3 días sin ropa, en manga corta además, con el frío que hace. Todos los días voy a preguntar y me dicen que me pase en un rato, ahora la necesito porque el petate va a ir dentro del cajón de la moto, así me ahorro tener que cargar yo con él, ni tener que facturar.

Hacía muchísimo que no la veía como la deportiva bonita, delgada y ligera que es. Aparte que, recién lavada, sin todo ese equipaje pero con las ruedas de tacos, tiene una imagen muy agresiva que me encanta.

Después de montar un pollo en el hotel consigo que vayan a la lavandería, resulta que el tipo estaba malo y en vez de decírmelo, me daban largas. Cuando vuelven con la ropa hago una separación en menos de 2 minutos de lo que será mi equipaje de mano y lo que echaré al cajón para que viaje con la moto. Como ya está todo desmontado lo pongo en el maletero del coche de Ganesh.

Tras más de media hora de viaje llegamos a la zona de carga del aeropuerto y entramos a un sitio que está vacío pero con la puerta llena de gente, hasta el momento en que entramos dentro y todo se llena de espectadores.

Los carpinteros nos están esperando con el cajón listo para ser cerrado así que subimos la moto a la base y seguimos desmontando cosas.

Hemos tenido que quitar las maletas laterales y trasera, las garrafas de gasolina y sus soportes, ahora desmontamos la cúpula y plegamos los espejos.

Normalmente a las motos les hacen desmontar el manillar y las ruedas o al menos la delantera para que ocupen mucho menos. Normalmente son altas motos trail las que llegan hasta aquí. Una vez más, es la primera vez que envía una deportiva.

También nos hacen vaciar el depósito de gasolina y quitar presión a las ruedas para que sea más estable.

Una vez puestas algunas paredes del cajón vamos llenando los huecos con todos los bártulos y atándolos como podemos.

Las herramientas, mucha electrónica, el casco, el mono de cuero, los guantes, la ropa de invierno, las botas, casi toda la ropa de calle, hasta el neceser. Meto todo lo que puedo en el cajón para viajar con una mochila de calle durante el fin de semana.

La verdad es que el cajón más aprovechado no puede ir, esperemos que llegue todo sano y salvo.

Poco a poco vamos cerrando el cajón y fijando las cosas todo lo que podemos.

Ha quedado bastante bien, me ha entrado todo lo que quería, incluso tengo hueco para más cosas si lo hubiese necesitado.

Finalmente ponen mis datos en el cajón y yo pongo el ya legendario distintivo.

Una vez finalizados todos los trámites nos volvemos a la ciudad, a la oficina de Ganesh.

Lugar de grandes viajeros, Gas & Roll no iba a ser menos, tenerlo claro.

Ya en la oficina terminamos trámites. Finalmente la moto va a ser enviada a Vietnam. Ganesh me quitó la idea de la cabeza de enviarla a Tailandia porque me dice que es un país con muchas restricciones a parte de que es muy caótico, me cuenta incluso de algún caso que los dueños se han quedado sin moto. Le pregunto otras opciones y me recomienda Malasia. Le digo que en Malasia finaliza mi viaje, que ahí monto la moto en un barco y la envío a Japón, que para eso la envío directamente y me ahorro un envío, pero que lo que quiero es recorrer el sudeste asiático.

Me pregunta que qué países tengo en mente y le digo que los únicos que están más allá de Myanmar son Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam. Me dice que de Vietnam nunca ha escuchado ninguna pega, que no habría problemas. Cuando le pregunto precio me dice que costaría unos 400 euros más que a Tailandia, 1600 en total. Se me va de precio, al final cruzar Myanmar me habría salido por unos 1000, me decidí a enviar la moto porque salía por unos 1200 y por 200 euros ganaba 3 semanas, pero ya no me queda otra y le pregunto que si a Vietnam entonces. Él me dice que no voy a tener ningún problema en Vietnam, tal vez el Rock’N’Roll ésta vez sea la mejor opción!

Yo salgo contento de ahí, Vientam es un paraíso y todo el mundo lo recorre en moto, pero con pequeñas motos que alquilan por allí. Poder hacerlo en una moto como la mía es el sueño de muchos, aparte que podré recorrer también Laos, Camboya y Tailandia hasta llegar a Malasia. Se ha disparado el precio pero en 3 días estará la moto en Hanoi, capital de Vietnam.

Hoy es jueves y la moto llegará a Hanoi el domingo, así que tengo 3 días para replanear todo, decido ir a buscar algo para comer, pues son las 5 de la tarde y aún no hemos comido.

La oficina está al lado del hotel, la zona es turística y está plagada de sitios de comida rápida así que pido que me recomienden un restaurante para autóctonos y me mandan a un sitio de lo más tétrico. La luz se va continuamente, pero cocinan en un botijo lleno de brasas donde pegan las bolas de harina para hornear el pan.

La limpieza del baño brilla por su ausencia, ya os he dicho muchas veces que no soy nada escrupuloso, pero el sopapo que te da el olor nada más entrar te hace replanteártelo.

La comida, aparte de muy barata está muy buena, una sopa de fideos tradicional siempre viene bien para combatir el frío, el pollo a la parrilla tampoco va nada mal.

Volvamos al hotel y un rato después vienen Samartha y un colega con el que cenamos la otra noche, me va a dejar el PC de la oficina para intentar recuperar los vídeos de la tarjeta de memoria de la GoPro.

Después de perder la cámara de vídeo y todo su contenido cuando la reventó un camión, puse una tarjeta de memoria nueva en la cámara nueva y la llené de vídeos por los himalayas y el Everest. Cuando me puse a descargar esos vídeos en el móvil para editarlos, de repente, se borraron todos y perdí todo el contenido de todos estos días, los que creo que han sido los más interesantes desde que tengo cámara. Conseguí bajarme un programa para recuperar memorias, pero tardaría todo un día y Samartha se tenía que ir, aparte de que es su herramienta de trabajo, no me lo puedo quedar. Obviamente le di las gracias y no le insisto.

Pedimos algo de picar y no se les ocurre otra cosa que unas alitas picantes. Para que ellos llamen picante a algo como será, me atreví con una y aunque estaban muy picantes, se podían comer, me atreví con 2. Se va haciendo tarde y el colega de Samartha me dice que si se puede quedar en una de las camas de mi habitación, que su padre le riñe si llega tarde (tiene 28 años y son las 11 de la noche), le digo que si no tiene donde quedarse se puede quedar, pero que si es para que nos quedemos ahí enredando prefiero irme a buscar vuelos y descansar… Tal vez el Rock’N’Roll ésta vez sea la mejor opción.

🔜Etapa siguiente: 🇳🇵Etapa 🇹🇭 2×10🇻🇳 – ✊🏼Su Dictadura Animal🤘🏼

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